Breve historia de las ONG en España
A Finales siglo XIX, España alejada del fenómeno de movilización europeo, salvo por la organización internacional Cruz Roja, que interviene en catástrofes, guerras y desastres.
Durante la España franquista no hay lugar para organizaciones que no estén relacionadas con la Iglesia o el aparato político.
Gracias a la autonomía que gozaba la Iglesia, surgen Cáritas (1942), Intermón (1956) y otras.
Con la apertura de España al exterior en los 50 y 60, surgen algunas organizaciones relacionadas con instituciones internacionales, como la Asociación de Amigos de Naciones Unidas.
Coincide con movimientos renovadores en la Iglesia católica, bajo el papado de Pablo VI. Nacen Médicos Mundi (1963) o Manos Unidas (1969).
España aún se mantiene muy alejada de las transformaciones que se dan en otros países, donde se han creado ONG ligadas a cuestiones como la noviolencia, los derechos humanos o el desarrollo de las antiguas colonias.
Durante los primeros años de la transición apenas hubo movimiento asociativo, “ocupados como estábamos en nuestra transición democrática”.
Bien entrada la década de los ochenta comienza el auge: España entra en la UE y diferentes administraciones (estatales y europeas) inician programas de subvenciones.
El grueso de las ONG de Desarrollo españolas se crearon de 1986 a 1995 (un 57% del total).
El 42′4% de las ONG de acción social fueron creadas de 1986 a 1995.
En los 80, además, muchos partidos y sindicatos crean sus propias ONG. El PP crea la Fundación Humanismo y Democracia (1978) y la Fundación Cánovas del Castillo (1980). PSOE crea el MPDL (1983) y Solidaridad Internacional (1986).
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Guerras del Opio
Las Guerras del Opio, también conocidas como las Guerras Anglo-Chinas, fueron dos guerras que duraron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860 respectivamente, el punto culminante de los conflictos comerciales entre la China y el Reino Unido. El contrabando británico de opio de la India Británica hacia la China y los esfuerzos del gobierno chino para imponer sus leyes contra las drogas llevaron al conflicto. Francia luchó al lado de Gran Bretaña en la segunda guerra.
La derrota de la China en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio del opio. El Reino Unido coaccionó al gobierno a firmar Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y entregándole Hong Kong a Gran Bretaña. Varios países siguieron a Gran Bretaña y forzaron términos de intercambio desiguales para la China. Esta humillación por obra de potencias exteriores contribuyó a la Rebelión Taiping (1850–1864), la Rebelión Boxer (1899–1901), y la caída de la Dinastía Qing en 1911.
Antecedentes:
El comercio marítimo directo entre Europa y la China comenzó en el siglo XVI, después de que los portugueses establecieron la colonia de Goa en la India, y poco después la de Macao en el sur de la China. Después de la adquisición española de las Filipinas, el ritmo del intercambio entre la China y el Occidente se aceleró dramáticamente. Los galeones de Manila trajeron más plata a la China que la Ruta de la seda. El gobierno Qing intentó limitar el contacto con el mundo exterior a un mínimo. Los Qing sólo permitieron el comercio por el puerto de Cantón, que es ahora Guangzhou. Rigurosos trámites y monopolios autorizados fueron establecidos para restringir el flujo del comercio, teniendo como resultado altos precios de venta para los artículos importados y demanda limitada. España empezó a vender opio a los chinos, junto con productos del Nuevo Mundo tales como el tabaco y el maíz, para prevenir un déficit comercial. Con la implantación de las Compañías Británicas y Holandesa de Indias Orientales, el comercio con China se multiplicó.
A causa de la alta demanda de té, seda, y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con plata. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. El Emperador Yongzheng prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en 1729 a causa del gran número de adictos.
La disputa se desató debido al comercio del opio, el cual se veía desde ambos lados de maneras muy distintas. El emperador censuró el opio en la China debido al efecto negativo de éste en la población, los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con la China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias resultaron en que varios puertos de la China se abrieran para el comercio con Occidente que condujeron en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran como la primera guerra de drogas.
Crecimiento del comercio del opio:
La Dinastía Qing de la China, era cada vez más asediada por potencias extranjeras que demandaban un comercio bilateral con la China, tras una gran caída a principios del siglo XIX. Los europeos compraban porcelana, seda, condimentos y té chinos, pero eran incapaces de vender algún bien de interés para la China, en lugar de eso, se veían obligados a pagar con plata, esto significaba un gran esfuerzo para las ya apretadas finanzas europeas provocadas por las guerras napoleónicas.
El opio era producido en la China desde el siglo XV, era mezclado con tabaco en un proceso inventado por los españoles, que luego fue dominado por los holandeses en el siglo XVII y generalizado de forma masiva por los británicos en el XVIII. Al observar los problemas de salud y sociales vinculados con el consumo de opio, el gobierno imperial chino lo prohibió en 1829.
Los británicos comenzaron la producción de opio a mediados del siglo XVIII en la India en cantidades significativas, aprendieron el arte del estado mongol, quienes comerciaron con opio al menos desde el reino de Akbar (1556–1605), e iniciaron el comercio de opio por plata en el sur de la China. Los británicos observaron las grandes ganancias que potencialmente traería el mercado del opio (previamente dominado por Yakarta controlada por Holanda) al invadir Bengala en 1764. Las ganancias se acercaban al 400 por ciento y la amapola crecía casi en todas partes.
Las exportaciones de opio de los británicos crecieron vertiginosamente, de aproximadamente 15 toneladas en 1730 a 75 toneladas en 1773, embarcadas en más de dos mil cajas con 70 Kg de opio cada una.
Los productos triangulaban de la siguiente manera:
Se transportaba el opio cultivado en Turquía y la India a la China.
Se pagaba con opio las porcelanas, sedas y té.
Se llevaban a la Costa Este y a Inglaterra, en donde se pagaban y se iba a Turquía y la India para comprar más opio.
En la primavera de 1830, ante el alarmante y desenfrenado abuso del comercio del opio en la China, el Emperador Daoguang ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera rápidamente esta plaga, y éste respondió atajando la corrupción del funcionariado imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio.
Lin Hse Tsu envió una carta a la Reina Victoria[1] pidiéndole que respete las reglas del comercio internacional no comerciando con drogas tóxicas.
La derrota de la China en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio del opio. El Reino Unido coaccionó al gobierno a firmar Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y entregándole Hong Kong a Gran Bretaña. Varios países siguieron a Gran Bretaña y forzaron términos de intercambio desiguales para la China. Esta humillación por obra de potencias exteriores contribuyó a la Rebelión Taiping (1850–1864), la Rebelión Boxer (1899–1901), y la caída de la Dinastía Qing en 1911.
Antecedentes:
El comercio marítimo directo entre Europa y la China comenzó en el siglo XVI, después de que los portugueses establecieron la colonia de Goa en la India, y poco después la de Macao en el sur de la China. Después de la adquisición española de las Filipinas, el ritmo del intercambio entre la China y el Occidente se aceleró dramáticamente. Los galeones de Manila trajeron más plata a la China que la Ruta de la seda. El gobierno Qing intentó limitar el contacto con el mundo exterior a un mínimo. Los Qing sólo permitieron el comercio por el puerto de Cantón, que es ahora Guangzhou. Rigurosos trámites y monopolios autorizados fueron establecidos para restringir el flujo del comercio, teniendo como resultado altos precios de venta para los artículos importados y demanda limitada. España empezó a vender opio a los chinos, junto con productos del Nuevo Mundo tales como el tabaco y el maíz, para prevenir un déficit comercial. Con la implantación de las Compañías Británicas y Holandesa de Indias Orientales, el comercio con China se multiplicó.
A causa de la alta demanda de té, seda, y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con plata. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. El Emperador Yongzheng prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en 1729 a causa del gran número de adictos.
La disputa se desató debido al comercio del opio, el cual se veía desde ambos lados de maneras muy distintas. El emperador censuró el opio en la China debido al efecto negativo de éste en la población, los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con la China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias resultaron en que varios puertos de la China se abrieran para el comercio con Occidente que condujeron en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran como la primera guerra de drogas.
Crecimiento del comercio del opio:
La Dinastía Qing de la China, era cada vez más asediada por potencias extranjeras que demandaban un comercio bilateral con la China, tras una gran caída a principios del siglo XIX. Los europeos compraban porcelana, seda, condimentos y té chinos, pero eran incapaces de vender algún bien de interés para la China, en lugar de eso, se veían obligados a pagar con plata, esto significaba un gran esfuerzo para las ya apretadas finanzas europeas provocadas por las guerras napoleónicas.
El opio era producido en la China desde el siglo XV, era mezclado con tabaco en un proceso inventado por los españoles, que luego fue dominado por los holandeses en el siglo XVII y generalizado de forma masiva por los británicos en el XVIII. Al observar los problemas de salud y sociales vinculados con el consumo de opio, el gobierno imperial chino lo prohibió en 1829.
Los británicos comenzaron la producción de opio a mediados del siglo XVIII en la India en cantidades significativas, aprendieron el arte del estado mongol, quienes comerciaron con opio al menos desde el reino de Akbar (1556–1605), e iniciaron el comercio de opio por plata en el sur de la China. Los británicos observaron las grandes ganancias que potencialmente traería el mercado del opio (previamente dominado por Yakarta controlada por Holanda) al invadir Bengala en 1764. Las ganancias se acercaban al 400 por ciento y la amapola crecía casi en todas partes.
Las exportaciones de opio de los británicos crecieron vertiginosamente, de aproximadamente 15 toneladas en 1730 a 75 toneladas en 1773, embarcadas en más de dos mil cajas con 70 Kg de opio cada una.
Los productos triangulaban de la siguiente manera:
Se transportaba el opio cultivado en Turquía y la India a la China.
Se pagaba con opio las porcelanas, sedas y té.
Se llevaban a la Costa Este y a Inglaterra, en donde se pagaban y se iba a Turquía y la India para comprar más opio.
En la primavera de 1830, ante el alarmante y desenfrenado abuso del comercio del opio en la China, el Emperador Daoguang ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera rápidamente esta plaga, y éste respondió atajando la corrupción del funcionariado imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio.
Lin Hse Tsu envió una carta a la Reina Victoria[1] pidiéndole que respete las reglas del comercio internacional no comerciando con drogas tóxicas.
Guerra de las trincheras.
La guerra de trincheras o guerra de posición es una forma de hacer la guerra en la cual los ejércitos combatientes mantienen líneas estáticas de fortificaciones cavadas en el suelo y enfrentadas. La guerra de trincheras surgió a partir de una revolución en las armas de fuego y a un incremento en su poder, sin que hubiese al mismo tiempo un incremento en la movilidad y en las comunicaciones. Hubo períodos de guerra de trincheras en la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865) y en la guerra entre Rusia y Japón de 1904-1905, pero llegó a su punto máximo de brutalidad y muerte en el Frente Oeste de la Primera Guerra Mundial.
Trasfondo:
Las fortificaciones son casi tan antiguas como la propia guerra. Sin embargo, debido al tamaño relativamente pequeño de los ejércitos, y al poco alcance de las armas, tradicionalmente no era posible defender más que una distancia corta o una fortaleza aislada. Las grandes fortificaciones del mundo antiguo, tales como la Gran Muralla China o la Muralla de Adriano, eran excepciones a la regla general y en cualquier caso no se habían diseñado para evitar completamente que el enemigo cruzase al otro lado, sino para hacer de frontera que establecía el momento en el que el enemigo había cruzado el límite. También servían para evitar o entorpecer su huida.
Aunque tanto el diseño de fortificaciones como el de armas avanzaron enormemente en la segunda mitad del segundo milenio, la invención del arco largo, la aparición del mosquete e incluso la de la artillería no cambiaron substancialmente la regla de que una fortificación necesitaba de una gran cantidad de tropas para defenderla. Un pequeño número de tropas simplemente no podían mantener un volumen de fuego suficiente como para repeler un ataque decidido.
La guerra de asedio:
La mayoría de las técnicas utilizadas en la guerra de trincheras habían existido ya muchos años antes para la guerra de asedio. Lo novedoso fue la utilización de dichas técnicas en campo abierto entre dos ejércitos.
En su Guerra de las Galias, Julio César describe como las legiones romanas levantaron dos inmensas paredes fortificadas alrededor de la ciudad durante la Batalla de Alesia. En la muralla interna, de unas 10 millas (aprox. 16 km), mantenían a Vercingetorix y a sus fuerzas dentro de la ciudad, mientras que la muralla externa les protegía de los refuerzos, que les superaban en número y trataban de romper el asedio. Los romanos lograron mantener sus posiciones entre las dos paredes; y los galos, enfrentándose a la muerte por hambre, finalmente se rindieron una vez que sus refuerzos fueron derrotados por César. Tucídides describe un asedio similar, aunque sin éxito, en el sitio de Siracusa por los atenienses durante las Guerras del Peloponeso.
Una vez que se inventaron las armas de fuego, las técnicas fueron evolucionando hasta convertirse en el muy conocido ritual denominado siège en forme. El ejército atacante rodeaba una ciudad, y luego emplazaba a la ciudad a rendirse. Si respondían negativamente el ejército rodearía la ciudad con fortificaciones temporales para impedir contraataques del ejército defensor y la llegada de refuerzos. Los atacantes entonces construirían una serie de trincheras, paralelas a las defensas, y justo a la distancia de la artillería defensiva. Entonces construían una trinchera en dirección a la ciudad haciendo un recorrido en zigzag, para evitar que quedase expuesta al fuego enemigo. Una vez estuviese dentro del alcance de la artillería se cavaría otra trinchera paralela con emplazamientos para cañones. Si fuese necesario se utilizaría la primera artillería como cobertura, y el proceso se repetiría hasta que los cañones estuviesen lo suficientemente cerca como para acertar de pleno y abrir una brecha en las fortificaciones. De esta forma, las tropas de avanzadilla y las de apoyo podrían aproximarse lo suficiente como para explotar la brecha, a la vez que el proceso proseguía desde varios puntos y buscando una mayor aproximación. Después de cada paso del proceso los asaltantes emplazarían a los defensores a la rendición, pero una vez que las tropas hubiesen alcanzado con éxito la ciudad a través de la brecha, los defensores no podrían esperar ninguna piedad. Estas técnicas fueron muy usadas por los tercios españoles, siendo un ejemplo clásico el sitio de Breda de 1625.
Desarrollo:
El primer desarrollo crítico para la aparición de la guerra de trincheras fue la introducción de los ejércitos de reclutamiento masivo, que aparecieron en la Revolución Francesa y en las Guerras Napoleónicas. Antes de esto, los ejércitos consistían en un pequeño número de tropas que eran incapaces de defender un amplio territorio durante mucho tiempo. Las batallas eran breves, o degeneraban en guerras de asedio. La aparición de los grandes ejércitos hizo mucho más difícil que uno pudiese sobrepasar el flanco del otro, aunque todavía podía conseguirse mediante cargas de caballería e infantería, que uno de ellos acabase rompiendo la formación del otro a través de un asalto directo. Un ejemplo de línea militar fortificada que se alargaba durante muchos kilómetros era las líneas de Torres Vedras (1810), construidas por los portugueses bajo la dirección de los Ingenieros de la Armada Británica, durante la guerra contra Napoleón Bonaparte.
Lo que hizo que esta táctica fuese cada vez más suicida fue el desarrollo de armas de fuego cada vez de mayor poder a mediados del siglo XIX. Cuando comenzó la Guerra Civil Estadounidense, en 1861, se luchó con las mismas tácticas utilizadas en la era de Napoleón y durante siglos antes. Cuando la guerra llegaba a su sangriento final en 1865, se había convertido en un previo de la Primera Guerra Mundial, con trincheras, ametralladoras, fortificaciones de campo, y bajas masivas. La batalla de Petersburg, cercana al final de la guerra, con sus trincheras y formaciones estáticas, contrasta con las primeras batallas como la primera batalla de Bull Run, en donde las maniobras todavía eran posibles. Las famosas cargas de caballería, como la carga de Pickett en la batalla de Gettysburg demostraron la inutilidad de un asalto directo contra una línea enemiga bien colocada.
Hubo dos factores principales para el cambio. En primer lugar, hubo una proliferación de rifles, que en la época se fabricaban por miles. Éstos eran efectivos al doble de distancia que los rifles de la era Napoleónica, y eran capaces de matar a enemigos a una distancia de 1 km. Además, permitían al tirador mantenerse a cubierto en una trinchera o detrás de algún obstáculo improvisado para poder disparar a un cuerpo de atacantes desde una distancia mucho mayor que la anterior. Los atacantes eran incapaces de cruzar lo suficientemente rápido como para evitar bajas en un número prohibitivo. Por otro lado estaba la persistencia en las tácticas en columna de las Guerras Napoleónicas, que incrementaban las bajas. Sólo a finales de la guerra se corrigió este error táctico de forma generalizada, disponiendo las tropas en abierto. Por ello, la primera respuesta al incremento en el poder de fuego, la cobertura, o la segunda, la dispersión, acabaron adoptándose. La tercera, la armadura, no era una opción contra las nuevas armas. No sería una opción válida hasta invención de la combustión interna y los vehículos blindados.
También influyeron otros factores que fueron apareciendo después de la Guerra Civil Estadounidense. El primero fue el desarrollo del alambre de espino o de púas (inventado en 1874), que en sí mismo no causaba un gran daño a nadie, pero que podía ralentizar de forma crucial a una fuerza de ataque, y permitir a los defensores con ametralladoras emplazadas estratégicamente, infligir graves pérdidas al enemigo. La segunda fue la mejora de la artillería, que de una u otra forma, había formado parte de la guerra desde la época clásica, y desde la aparición de la pólvora hasta el desarrollo de la guerra de trincheras, se había convertido en la mayor causa de bajas en la guerra. Fue suplantada sólo brevemente por el rifle. Con el desarrollo de los cañones de acero de retrocarga por Krupp, se recuperó gran parte de su capacidad de matar (como se demostró gráficamente en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871).
En tercer lugar está la introducción de las balas explosivas y, por último, los mecanismos hidráulicos de recarga, inventados por los franceses en el cañón de 75 mm M1897, que incrementaron significativamente la velocidad de disparo. Estos cambios incrementaron la efectividad de la artillería hasta un grado inimaginable en la década de 1870. Se creó una zona entre el atacante y el defensor, un espacio de "tierra de nadie" demasiado letal como para cruzarlo.
Construcción de trincheras:
La trincheras nunca eran rectas, sino que se cavaban en un esquema dentado, que convertía la línea en segmentos conectados por traviesas. Esto implicaba que un soldado nunca podía ver más de 10 metros aproximadamente a lo largo de la trinchera. Con ello el enemigo no podría enfilar la trinchera completa si lograba ganar acceso a algún punto y, si caía una bomba en alguna trinchera, la fragmentación (a menudo llamada incorrectamente metralla) no podría llegar muy lejos.
El lado de la trinchera que miraba al enemigo se denominaba el parapeto y tenía un escalón de fuego. El lado trasero de la trinchera se denominaba el parados. El parados protegía la espalda del soldado de la fragmentación de las bombas que caían detrás de la trinchera. Si el enemigo capturaba la trinchera, entonces los parados se convertían en su parapeto. Los laterales de la trinchera se recubrían con sacos de arena, astillas y trozos de madera y alambre. El suelo normalmente se recubría con planchas de madera.
Se construían refugios de distintos grados de lujo en la retaguardia de la trinchera de apoyo. Los refugios británicos solían estar entre 2,5 y 5 m de profundidad, mientras que los alemanes solían estar mucho más profundos, a un mínimo de 3,5 m, y en ocasiones cavaban 3 pisos, con escaleras de hormigón para acceder a los niveles superiores.
Para permitir a un soldado ver fuera de la trinchera sin exponer su cabeza se creaba un agujero en el parapeto. Podía ser simplemente un hueco entre las bolsas de arena o podía estar protegido por una placa de acero. Los francotiradores alemanes utilizaban munición perforadora que les permitían penetrar los agujeros. La otra forma de mirar desde una trinchera era utilizar un periscopio. Su forma más sencilla era un tubo hueco con dos ángulos de espejos en las partes superior e inferior. En las trincheras de ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps) en Gallipolli, en donde los turcos tenían el terreno más alto, el rifle con periscopio se desarrolló para permitir a los australianos y neozelandeses disparar al enemigo sin exponerse ellos mismos, tras el parapeto.
Había tres formas estándar de cavar una trinchera. La primera era que la persona se pusiese de pie sobre la superficie y cavase hacia abajo. Era la más efectiva en cuanto a velocidad y a que permitía a muchos trabajadores a la vez, pero tenía el problema de que los trabajadores quedaban expuestos al fuego enemigo. Por eso sólo podía usarse en la zona de retaguardia o por la noche. La segunda opción era ampliar una trinchera existente cavando desde el extremo. Los trabajadores no quedaban expuestos, pero sólo podían trabajar uno o dos hombres al mismo tiempo. Por último, se podían cavar túneles, en cuyo caso se mantenía un "techo" de tierra encima de la trinchera hasta terminar el trabajo. Luego se quitaba el techo y se podía ocupar la trinchera.
Según la información que manejaban los ingenieros ingleses, se podía completar 250 m de trinchera frontal utilizando 450 hombres en 6 horas (por la noche). Después la trinchera necesitaba mantenimiento continuo para evitar el deterioro causado por el clima y las bombas.
El campo de batalla de Flandes, en donde se produjo parte de la lucha más encarnizada, presentaba numerosos problemas para la guerra de trincheras, y especialmente para los británicos, que en muchos casos se veían obligados a ocupar las zonas más bajas. En muchos lugares, el nivel freático estaba a poco más de un metro de profundidad, por lo que cualquier trinchera que se excavase se inundaría rápidamente. Por ello, muchas "trincheras" en Flandes estaban realmente por encima de la tierra, construidas a base de construcciones masivas por medio de sacos de tierra (llenos con arcilla). En un principio, tanto el parapeto como el parados estaban construidos de esta forma, pero más tarde la técnica fue abrir el parapeto en gran parte de la línea, de forma que la retaguardia estuviese expuesta al fuego desde la línea de reserva, en el caso de que el enemigo capturase la trinchera frontal.
La vida en las trincheras:
El tiempo que pasaba un soldado concreto en el frente era normalmente breve; desde un día hasta dos semanas antes de ser relevado. El Batallón 31 de las tropas australianas pasaron una vez 53 días en el frente en Villers Bretonneux, aunque eso era una rara excepción. El tiempo que dedicaba al año un soldado británico se podía dividir de esta forma:
15% línea del frente
10% línea de apoyo
30% línea de reserva
20% resto
25% otros (hospital, viajando, permisos, entrenamiento, etc.)
Incluso cuando estaban en el frente, el soldado normalmente solo era llamado a luchar un puñado de veces al año: realizando un ataque, defendiendo la posición o participando en una escaramuza. La frecuencia del combate sería mayor en el caso de las tropas de élite.
Algunos sectores del frente veían muy poca actividad a lo largo de la guerra, haciendo que su vida en las trincheras fuera comparativamente fácil. Cuando el 1er Cuerpo Anzac llegó a Francia en abril de 1916, tras la evacuación de Gallipolli, se les mandó a un sector relativamente pacífico en el sur de Armentières para aclimatarse. Otros sectores estaban en un estado permanente de actividad bélica. En el frente oeste, Ypres era siempre un infierno, especialmente para los británicos situados en el saliente. Sin embargo, los sectores más pacíficos también sumaban bajas diarias por disparos de francotiradores, artillería y gas. En los primeros seis meses de 1916, antes del ataque de la ofensiva del Somme, los británicos no se habían embarcado en ninguna batalla significativa en ese sector, y sin embargo habían sufrido 107.776 bajas.
Un sector del frente se asignaba al cuerpo de un ejército, que normalmente tenía tres divisiones. De estas, dos ocuparían sectores adyacentes en el frente, y la tercera estaría descansando en la retaguardia. Esto se replicaría a lo largo de la estructura del ejército de forma que en cada división de primera línea, que normalmente tenía tres brigadas de infantería, dos ocuparían el frente y una tercera estaría en reserva. Dentro de cada brigada en la línea del frente, que normalmente tenía cuatro batallones (regimientos en el caso de Alemania), dos estarían en el frente y dos en reserva. Y lo mismo ocurriría con las compañías y los pelotones. La rotación sería más frecuente en las divisiones más pequeñas de la estructura militar.
Durante el día, los francotiradores y los observadores de la artillería en globos hacían que el movimiento fuese peligroso, por lo que las trincheras estaban normalmente en silencio. Por ello, las trincheras estaban más activas durante la noche, cuando la cobertura de la oscuridad permitía el movimiento de las tropas y de los suministros, el mantenimiento y la expansión del alambre de espino y el sistema de trincheras, y el reconocimiento de las defensas enemigas. Los puntos de escucha en tierra de nadie intentaban detectar patrullas enemigas y partidas de trabajo, así como indicios de un posible ataque.
Se llevaban a cabo escaramuzas (pequeños ataques sin intención de capturar el terreno) con el fin de capturar prisioneros y "botín" (cartas y otros documentos con información sobre la unidad que ocupaba la trinchera opuesta). A medida que la guerra seguía adelante, estas escaramuzas se convirtieron en parte de la política general llevada a cabo por los británicos, con la intención de mantener el espíritu de lucha de las tropas, y para impedir a los alemanes ocupar la tierra de nadie. Ese dominio se consiguió a un coste muy alto, y los estudios británicos tras la guerra concluyeron que los beneficios probablemente no valieron el coste.
A comienzos de la guerra se preparaban estos pequeños ataques por sorpresa, particularmente lo hacían los canadienses, pero el incremento de la vigilancia hizo que la sorpresa fuese difícil a medida que la guerra avanzaba. En 1916, las operaciones eran ejercicios muy bien planeados, con armas combinadas, y que suponían la cooperación entre la infantería y la artillería. Comenzaría con un bombardeo intenso de la artillería con el fin de evacuar o matar a la guarnición de la trinchera del frente y cortar el alambre de espino. Luego se trasladaba el bombardeo, haciendo una especie de caja o cordón que impidiese un contraataque contra la infantería.
Trasfondo:
Las fortificaciones son casi tan antiguas como la propia guerra. Sin embargo, debido al tamaño relativamente pequeño de los ejércitos, y al poco alcance de las armas, tradicionalmente no era posible defender más que una distancia corta o una fortaleza aislada. Las grandes fortificaciones del mundo antiguo, tales como la Gran Muralla China o la Muralla de Adriano, eran excepciones a la regla general y en cualquier caso no se habían diseñado para evitar completamente que el enemigo cruzase al otro lado, sino para hacer de frontera que establecía el momento en el que el enemigo había cruzado el límite. También servían para evitar o entorpecer su huida.
Aunque tanto el diseño de fortificaciones como el de armas avanzaron enormemente en la segunda mitad del segundo milenio, la invención del arco largo, la aparición del mosquete e incluso la de la artillería no cambiaron substancialmente la regla de que una fortificación necesitaba de una gran cantidad de tropas para defenderla. Un pequeño número de tropas simplemente no podían mantener un volumen de fuego suficiente como para repeler un ataque decidido.
La guerra de asedio:
La mayoría de las técnicas utilizadas en la guerra de trincheras habían existido ya muchos años antes para la guerra de asedio. Lo novedoso fue la utilización de dichas técnicas en campo abierto entre dos ejércitos.
En su Guerra de las Galias, Julio César describe como las legiones romanas levantaron dos inmensas paredes fortificadas alrededor de la ciudad durante la Batalla de Alesia. En la muralla interna, de unas 10 millas (aprox. 16 km), mantenían a Vercingetorix y a sus fuerzas dentro de la ciudad, mientras que la muralla externa les protegía de los refuerzos, que les superaban en número y trataban de romper el asedio. Los romanos lograron mantener sus posiciones entre las dos paredes; y los galos, enfrentándose a la muerte por hambre, finalmente se rindieron una vez que sus refuerzos fueron derrotados por César. Tucídides describe un asedio similar, aunque sin éxito, en el sitio de Siracusa por los atenienses durante las Guerras del Peloponeso.
Una vez que se inventaron las armas de fuego, las técnicas fueron evolucionando hasta convertirse en el muy conocido ritual denominado siège en forme. El ejército atacante rodeaba una ciudad, y luego emplazaba a la ciudad a rendirse. Si respondían negativamente el ejército rodearía la ciudad con fortificaciones temporales para impedir contraataques del ejército defensor y la llegada de refuerzos. Los atacantes entonces construirían una serie de trincheras, paralelas a las defensas, y justo a la distancia de la artillería defensiva. Entonces construían una trinchera en dirección a la ciudad haciendo un recorrido en zigzag, para evitar que quedase expuesta al fuego enemigo. Una vez estuviese dentro del alcance de la artillería se cavaría otra trinchera paralela con emplazamientos para cañones. Si fuese necesario se utilizaría la primera artillería como cobertura, y el proceso se repetiría hasta que los cañones estuviesen lo suficientemente cerca como para acertar de pleno y abrir una brecha en las fortificaciones. De esta forma, las tropas de avanzadilla y las de apoyo podrían aproximarse lo suficiente como para explotar la brecha, a la vez que el proceso proseguía desde varios puntos y buscando una mayor aproximación. Después de cada paso del proceso los asaltantes emplazarían a los defensores a la rendición, pero una vez que las tropas hubiesen alcanzado con éxito la ciudad a través de la brecha, los defensores no podrían esperar ninguna piedad. Estas técnicas fueron muy usadas por los tercios españoles, siendo un ejemplo clásico el sitio de Breda de 1625.
Desarrollo:
El primer desarrollo crítico para la aparición de la guerra de trincheras fue la introducción de los ejércitos de reclutamiento masivo, que aparecieron en la Revolución Francesa y en las Guerras Napoleónicas. Antes de esto, los ejércitos consistían en un pequeño número de tropas que eran incapaces de defender un amplio territorio durante mucho tiempo. Las batallas eran breves, o degeneraban en guerras de asedio. La aparición de los grandes ejércitos hizo mucho más difícil que uno pudiese sobrepasar el flanco del otro, aunque todavía podía conseguirse mediante cargas de caballería e infantería, que uno de ellos acabase rompiendo la formación del otro a través de un asalto directo. Un ejemplo de línea militar fortificada que se alargaba durante muchos kilómetros era las líneas de Torres Vedras (1810), construidas por los portugueses bajo la dirección de los Ingenieros de la Armada Británica, durante la guerra contra Napoleón Bonaparte.
Lo que hizo que esta táctica fuese cada vez más suicida fue el desarrollo de armas de fuego cada vez de mayor poder a mediados del siglo XIX. Cuando comenzó la Guerra Civil Estadounidense, en 1861, se luchó con las mismas tácticas utilizadas en la era de Napoleón y durante siglos antes. Cuando la guerra llegaba a su sangriento final en 1865, se había convertido en un previo de la Primera Guerra Mundial, con trincheras, ametralladoras, fortificaciones de campo, y bajas masivas. La batalla de Petersburg, cercana al final de la guerra, con sus trincheras y formaciones estáticas, contrasta con las primeras batallas como la primera batalla de Bull Run, en donde las maniobras todavía eran posibles. Las famosas cargas de caballería, como la carga de Pickett en la batalla de Gettysburg demostraron la inutilidad de un asalto directo contra una línea enemiga bien colocada.
Hubo dos factores principales para el cambio. En primer lugar, hubo una proliferación de rifles, que en la época se fabricaban por miles. Éstos eran efectivos al doble de distancia que los rifles de la era Napoleónica, y eran capaces de matar a enemigos a una distancia de 1 km. Además, permitían al tirador mantenerse a cubierto en una trinchera o detrás de algún obstáculo improvisado para poder disparar a un cuerpo de atacantes desde una distancia mucho mayor que la anterior. Los atacantes eran incapaces de cruzar lo suficientemente rápido como para evitar bajas en un número prohibitivo. Por otro lado estaba la persistencia en las tácticas en columna de las Guerras Napoleónicas, que incrementaban las bajas. Sólo a finales de la guerra se corrigió este error táctico de forma generalizada, disponiendo las tropas en abierto. Por ello, la primera respuesta al incremento en el poder de fuego, la cobertura, o la segunda, la dispersión, acabaron adoptándose. La tercera, la armadura, no era una opción contra las nuevas armas. No sería una opción válida hasta invención de la combustión interna y los vehículos blindados.
También influyeron otros factores que fueron apareciendo después de la Guerra Civil Estadounidense. El primero fue el desarrollo del alambre de espino o de púas (inventado en 1874), que en sí mismo no causaba un gran daño a nadie, pero que podía ralentizar de forma crucial a una fuerza de ataque, y permitir a los defensores con ametralladoras emplazadas estratégicamente, infligir graves pérdidas al enemigo. La segunda fue la mejora de la artillería, que de una u otra forma, había formado parte de la guerra desde la época clásica, y desde la aparición de la pólvora hasta el desarrollo de la guerra de trincheras, se había convertido en la mayor causa de bajas en la guerra. Fue suplantada sólo brevemente por el rifle. Con el desarrollo de los cañones de acero de retrocarga por Krupp, se recuperó gran parte de su capacidad de matar (como se demostró gráficamente en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871).
En tercer lugar está la introducción de las balas explosivas y, por último, los mecanismos hidráulicos de recarga, inventados por los franceses en el cañón de 75 mm M1897, que incrementaron significativamente la velocidad de disparo. Estos cambios incrementaron la efectividad de la artillería hasta un grado inimaginable en la década de 1870. Se creó una zona entre el atacante y el defensor, un espacio de "tierra de nadie" demasiado letal como para cruzarlo.
Construcción de trincheras:
La trincheras nunca eran rectas, sino que se cavaban en un esquema dentado, que convertía la línea en segmentos conectados por traviesas. Esto implicaba que un soldado nunca podía ver más de 10 metros aproximadamente a lo largo de la trinchera. Con ello el enemigo no podría enfilar la trinchera completa si lograba ganar acceso a algún punto y, si caía una bomba en alguna trinchera, la fragmentación (a menudo llamada incorrectamente metralla) no podría llegar muy lejos.
El lado de la trinchera que miraba al enemigo se denominaba el parapeto y tenía un escalón de fuego. El lado trasero de la trinchera se denominaba el parados. El parados protegía la espalda del soldado de la fragmentación de las bombas que caían detrás de la trinchera. Si el enemigo capturaba la trinchera, entonces los parados se convertían en su parapeto. Los laterales de la trinchera se recubrían con sacos de arena, astillas y trozos de madera y alambre. El suelo normalmente se recubría con planchas de madera.
Se construían refugios de distintos grados de lujo en la retaguardia de la trinchera de apoyo. Los refugios británicos solían estar entre 2,5 y 5 m de profundidad, mientras que los alemanes solían estar mucho más profundos, a un mínimo de 3,5 m, y en ocasiones cavaban 3 pisos, con escaleras de hormigón para acceder a los niveles superiores.
Para permitir a un soldado ver fuera de la trinchera sin exponer su cabeza se creaba un agujero en el parapeto. Podía ser simplemente un hueco entre las bolsas de arena o podía estar protegido por una placa de acero. Los francotiradores alemanes utilizaban munición perforadora que les permitían penetrar los agujeros. La otra forma de mirar desde una trinchera era utilizar un periscopio. Su forma más sencilla era un tubo hueco con dos ángulos de espejos en las partes superior e inferior. En las trincheras de ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps) en Gallipolli, en donde los turcos tenían el terreno más alto, el rifle con periscopio se desarrolló para permitir a los australianos y neozelandeses disparar al enemigo sin exponerse ellos mismos, tras el parapeto.
Había tres formas estándar de cavar una trinchera. La primera era que la persona se pusiese de pie sobre la superficie y cavase hacia abajo. Era la más efectiva en cuanto a velocidad y a que permitía a muchos trabajadores a la vez, pero tenía el problema de que los trabajadores quedaban expuestos al fuego enemigo. Por eso sólo podía usarse en la zona de retaguardia o por la noche. La segunda opción era ampliar una trinchera existente cavando desde el extremo. Los trabajadores no quedaban expuestos, pero sólo podían trabajar uno o dos hombres al mismo tiempo. Por último, se podían cavar túneles, en cuyo caso se mantenía un "techo" de tierra encima de la trinchera hasta terminar el trabajo. Luego se quitaba el techo y se podía ocupar la trinchera.
Según la información que manejaban los ingenieros ingleses, se podía completar 250 m de trinchera frontal utilizando 450 hombres en 6 horas (por la noche). Después la trinchera necesitaba mantenimiento continuo para evitar el deterioro causado por el clima y las bombas.
El campo de batalla de Flandes, en donde se produjo parte de la lucha más encarnizada, presentaba numerosos problemas para la guerra de trincheras, y especialmente para los británicos, que en muchos casos se veían obligados a ocupar las zonas más bajas. En muchos lugares, el nivel freático estaba a poco más de un metro de profundidad, por lo que cualquier trinchera que se excavase se inundaría rápidamente. Por ello, muchas "trincheras" en Flandes estaban realmente por encima de la tierra, construidas a base de construcciones masivas por medio de sacos de tierra (llenos con arcilla). En un principio, tanto el parapeto como el parados estaban construidos de esta forma, pero más tarde la técnica fue abrir el parapeto en gran parte de la línea, de forma que la retaguardia estuviese expuesta al fuego desde la línea de reserva, en el caso de que el enemigo capturase la trinchera frontal.
La vida en las trincheras:
El tiempo que pasaba un soldado concreto en el frente era normalmente breve; desde un día hasta dos semanas antes de ser relevado. El Batallón 31 de las tropas australianas pasaron una vez 53 días en el frente en Villers Bretonneux, aunque eso era una rara excepción. El tiempo que dedicaba al año un soldado británico se podía dividir de esta forma:
15% línea del frente
10% línea de apoyo
30% línea de reserva
20% resto
25% otros (hospital, viajando, permisos, entrenamiento, etc.)
Incluso cuando estaban en el frente, el soldado normalmente solo era llamado a luchar un puñado de veces al año: realizando un ataque, defendiendo la posición o participando en una escaramuza. La frecuencia del combate sería mayor en el caso de las tropas de élite.
Algunos sectores del frente veían muy poca actividad a lo largo de la guerra, haciendo que su vida en las trincheras fuera comparativamente fácil. Cuando el 1er Cuerpo Anzac llegó a Francia en abril de 1916, tras la evacuación de Gallipolli, se les mandó a un sector relativamente pacífico en el sur de Armentières para aclimatarse. Otros sectores estaban en un estado permanente de actividad bélica. En el frente oeste, Ypres era siempre un infierno, especialmente para los británicos situados en el saliente. Sin embargo, los sectores más pacíficos también sumaban bajas diarias por disparos de francotiradores, artillería y gas. En los primeros seis meses de 1916, antes del ataque de la ofensiva del Somme, los británicos no se habían embarcado en ninguna batalla significativa en ese sector, y sin embargo habían sufrido 107.776 bajas.
Un sector del frente se asignaba al cuerpo de un ejército, que normalmente tenía tres divisiones. De estas, dos ocuparían sectores adyacentes en el frente, y la tercera estaría descansando en la retaguardia. Esto se replicaría a lo largo de la estructura del ejército de forma que en cada división de primera línea, que normalmente tenía tres brigadas de infantería, dos ocuparían el frente y una tercera estaría en reserva. Dentro de cada brigada en la línea del frente, que normalmente tenía cuatro batallones (regimientos en el caso de Alemania), dos estarían en el frente y dos en reserva. Y lo mismo ocurriría con las compañías y los pelotones. La rotación sería más frecuente en las divisiones más pequeñas de la estructura militar.
Durante el día, los francotiradores y los observadores de la artillería en globos hacían que el movimiento fuese peligroso, por lo que las trincheras estaban normalmente en silencio. Por ello, las trincheras estaban más activas durante la noche, cuando la cobertura de la oscuridad permitía el movimiento de las tropas y de los suministros, el mantenimiento y la expansión del alambre de espino y el sistema de trincheras, y el reconocimiento de las defensas enemigas. Los puntos de escucha en tierra de nadie intentaban detectar patrullas enemigas y partidas de trabajo, así como indicios de un posible ataque.
Se llevaban a cabo escaramuzas (pequeños ataques sin intención de capturar el terreno) con el fin de capturar prisioneros y "botín" (cartas y otros documentos con información sobre la unidad que ocupaba la trinchera opuesta). A medida que la guerra seguía adelante, estas escaramuzas se convirtieron en parte de la política general llevada a cabo por los británicos, con la intención de mantener el espíritu de lucha de las tropas, y para impedir a los alemanes ocupar la tierra de nadie. Ese dominio se consiguió a un coste muy alto, y los estudios británicos tras la guerra concluyeron que los beneficios probablemente no valieron el coste.
A comienzos de la guerra se preparaban estos pequeños ataques por sorpresa, particularmente lo hacían los canadienses, pero el incremento de la vigilancia hizo que la sorpresa fuese difícil a medida que la guerra avanzaba. En 1916, las operaciones eran ejercicios muy bien planeados, con armas combinadas, y que suponían la cooperación entre la infantería y la artillería. Comenzaría con un bombardeo intenso de la artillería con el fin de evacuar o matar a la guarnición de la trinchera del frente y cortar el alambre de espino. Luego se trasladaba el bombardeo, haciendo una especie de caja o cordón que impidiese un contraataque contra la infantería.
Adolf Hitler.
fue un militar y político alemán de origen austrohúngaro que estableció un régimen nacionalsocialista en el que recibió el título de Reichskanzler (canciller del Imperio) y Führer (caudillo, líder o guía).
Como jefe del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei o NSDAP), dirigió el gobierno del país de 1933 a 1945, período en el que ocupó sucesivamente los cargos de canciller, Jefe de Gobierno y Jefe de Estado.
Consiguió el poder durante el período de crisis de Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Utilizó propaganda y oratoria carismática, enfatizando en el nacionalismo, el antisemitismo y el anticomunismo. Después de reestructurar la economía y rearmar las fuerzas armadas, estableció una dictadura totalitaria. Perseguía una agresiva política exterior para ampliar el Lebensraum (espacio vital) alemán, y desencadenó la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.
Aunque la Alemania Nazi y las Potencias del Eje ocuparon la mayoría de Europa y partes de Asia en su apogeo, fueron finalmente derrotados por los Aliados. Al final de la guerra, las políticas de conquista territorial y subyugación racial de Hitler habían llevado muerte y destrucción a decenas de millones de personas, incluyendo el genocidio de unos seis millones de judíos en lo que se conoce como el Holocausto.
En los últimos días de la guerra, Hitler y su nueva esposa, Eva Braun, se suicidaron en su búnker subterráneo de Berlín, mientras la ciudad era invadida por el Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Como jefe del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei o NSDAP), dirigió el gobierno del país de 1933 a 1945, período en el que ocupó sucesivamente los cargos de canciller, Jefe de Gobierno y Jefe de Estado.
Consiguió el poder durante el período de crisis de Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Utilizó propaganda y oratoria carismática, enfatizando en el nacionalismo, el antisemitismo y el anticomunismo. Después de reestructurar la economía y rearmar las fuerzas armadas, estableció una dictadura totalitaria. Perseguía una agresiva política exterior para ampliar el Lebensraum (espacio vital) alemán, y desencadenó la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.
Aunque la Alemania Nazi y las Potencias del Eje ocuparon la mayoría de Europa y partes de Asia en su apogeo, fueron finalmente derrotados por los Aliados. Al final de la guerra, las políticas de conquista territorial y subyugación racial de Hitler habían llevado muerte y destrucción a decenas de millones de personas, incluyendo el genocidio de unos seis millones de judíos en lo que se conoce como el Holocausto.
En los últimos días de la guerra, Hitler y su nueva esposa, Eva Braun, se suicidaron en su búnker subterráneo de Berlín, mientras la ciudad era invadida por el Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Gerra de Vietnam
Una propaganda de guerra, fue un intento por parte del gobierno de EEUU para ganar simpatía.
La Guerra de Vietnam,[2] llamada también Segunda Guerra de Indochina, fue un conflicto bélico que enfrentó entre 1958 y 1975 a los estados de Vietnam del Sur, apoyados por el intervencionismo de la Doctrina Truman de los Estados Unidos, hasta su retirada en 1973, y Vietnam del Norte, apoyado por el bloque comunista, en el contexto general de la Guerra Fría.
Las facciones en conflicto fueron, por un lado la República Democrática de Vietnam con el apoyo de movimientos guerrilleros norvietnamitas como el Viet Cong o Frente de Liberación Nacional (NLF, por sus siglas en inglés) y de suministros soviéticos y chinos. Por el otro lado, la República de Vietnam con el apoyo militar y logístico de los Estados Unidos. En ayuda de los estadounidenses también participaron tropas de combate de Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Tailandia. Otros países como Alemania, Irán, Marruecos, Reino Unido y Suiza contribuyeron con suministros materiales y equipamiento médico. Contingentes testimoniales en apoyo de los EE.UU. fueron enviados por Taiwán y España, que movilizó a un reducido grupo de médicos militares en misión sanitaria.[3]
La guerra se distinguió por transcurrir sin la formación de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estas últimas operaciones violaciones de diversas convenciones internacionales de guerra que prohíben la utilización de armas químicas y biológicas.
La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitió la denuncia de los frecuentes abusos a los derechos humanos cometidos por parte de uno de los dos bandos (estadounidenses y survietnamitas) alimentando la creciente oposición de la opinión pública occidental hacia la intervención estadounidense. Las violaciones y abusos cometidos, sin embargo, por el Vietcong y por Vietnam del Norte no fueron mostradas por esos mismos medios de comunicación.
Ante la contestación y división de la sociedad estadounidense, los acuerdos de paz de París en 1973 supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto. Este prosiguió hasta que, en 1975, tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.
La guerra habría causado la muerte, según el gobierno de Hanoi, de entre 2 y 5,7 millones de personas,[4] la mayoría de las cuales civiles, y graves daños medioambientales.
Para los EE.U.U., el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que se han visto envueltos. Surgió el sentimiento de derrota o “Síndrome de Vietnam” en muchos ciudadanos, lo que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue de la política exterior hasta la elección de Ronald Reagan en 1980.[5]
Origen de Vietnam
La Historia de Vietnam comenzó hace 2700 años. Sucesivas dinastías de origen chino dominaron Vietnam desde el 111 antes de Cristo hasta 938 después de Cristo, año en el que los vietnamitas consiguen su independencia. Vietnam permaneció como un estado que pagaba tributos a China durante siglos pero consiguió repeler las numerosas invasiones chinas, así como las tres incursiones mongolas entre 1255 y 1285. El rey vietnamita Trần Nhân Tông utilizó sus dotes diplomáticas para alcanzar un acuerdo de paz. Vietnam accedió a pagar tributos a China para evitar más enfrentamientos. Este periodo de relativa independencia finalizó a mediados del siglo XIX cuando el país fue colonizado por el imperio francés. Durante la Segunda Guerra Mundial, el imperio nipón expulsó a los franceses para ocupar la península de Indochina, aunque retuvieron a los administradores franceses para que mantuvieran el engranaje de la colonia. Tras la guerra, Francia deseó restablecer su mandato colonial pero fracasó en el intento. La conferencia de Ginebra separó el país en dos mitades con la promesa de que se celebrarían elecciones democráticas para reunificar el país.
Preliminares
Estados Unidos ya estaba en Indochina décadas antes de comenzar su intervención directa en el conflicto. En la imagen, helicópteros UH-1D recogen soldados del 2º batallón de 14º regimiento de infantería estadounidense durante la operación "Wahiawa" , noroeste de Cu Chi, 1966. US Archive.
Pese a que colecciones como Nam, Crónica de la guerra de Vietnam comienzan a tratar el tema en profundidad desde el año 1965, cuando los marines desembarcaron en la base Da Nang, otros autores, como es el caso Peter Arnett, vienen a unirla con la Guerra de Indochina en un sólo conflicto; este último autor lo llama La guerra de los 10 000 días.[6]
En la Guerra de Indochina los comunistas del Viet Minh lucharon contra el colonialismo francés. Pero no debe considerarse que la metrópoli combatía en solitario contra todo el pueblo vietnamita; los nacionalistas apoyaron durante todo el conflicto a los franceses, incluso en la angustiosa Batalla de Dien Bien Phu, donde estaban cercadas las mejores tropas francesas y se consideraba casi imposible levantar el asedio, siempre salían voluntarios vietnamitas dispuestos a saltar en paracaídas sobre la posición.[7]
Al principio de aquel conflicto Estados Unidos ayudó a Francia con el 20% de los gastos, aproximadamente. Al terminar ya contribuía con el 80% del esfuerzo bélico y llegó a ofrecer a los franceses dos armas nucleares, que éstos rechazaron por no considerarlas útiles.[7] Pese a no prestarles todo el apoyo solicitado por los colonizadores, el presidente Eisenhower envió asesores y ayuda, especialmente aérea. Así, un tercio del material llevado a Dien Bien Phu formaba parte de la ayuda estadounidense.[8]
Tras la derrota francesa y los acuerdos obtenidos en la Conferencia de Ginebra de 1954, el apoyo estadounidense al régimen de Ngo Dinh Diem en Vietnam del Sur continuó, lo mismo que la oposición casi total de la administración estadounidense a la unión de las dos naciones llamadas Vietnam.[6] Por su parte, Vietnam del Norte continuó recibiendo ayuda de China y en mucha menor medida de la URSS. En un principio la ayuda militar recaía principalmente en la primera nación, especialmente con armas ligeras y portátiles; pero al mismo tiempo con este tipo de envíos Pekín trataba de marcar las líneas maestras que debían seguir los vietnamitas, como comenta María Teresa Largo.[8]
Origen de Vietnam
La Historia de Vietnam comenzó hace 2700 años. Sucesivas dinastías de origen chino dominaron Vietnam desde el 111 antes de Cristo hasta 938 después de Cristo, año en el que los vietnamitas consiguen su independencia. Vietnam permaneció como un estado que pagaba tributos a China durante siglos pero consiguió repeler las numerosas invasiones chinas, así como las tres incursiones mongolas entre 1255 y 1285. El rey vietnamita Trần Nhân Tông utilizó sus dotes diplomáticas para alcanzar un acuerdo de paz. Vietnam accedió a pagar tributos a China para evitar más enfrentamientos. Este periodo de relativa independencia finalizó a mediados del siglo XIX cuando el país fue colonizado por el imperio francés. Durante la Segunda Guerra Mundial, el imperio nipón expulsó a los franceses para ocupar la península de Indochina, aunque retuvieron a los administradores franceses para que mantuvieran el engranaje de la colonia. Tras la guerra, Francia deseó restablecer su mandato colonial pero fracasó en el intento. La conferencia de Ginebra separó el país en dos mitades con la promesa de que se celebrarían elecciones democráticas para reunificar el país.
Preliminares
Estados Unidos ya estaba en Indochina décadas antes de comenzar su intervención directa en el conflicto. En la imagen, helicópteros UH-1D recogen soldados del 2º batallón de 14º regimiento de infantería estadounidense durante la operación "Wahiawa" , noroeste de Cu Chi, 1966. US Archive.
Pese a que colecciones como Nam, Crónica de la guerra de Vietnam comienzan a tratar el tema en profundidad desde el año 1965, cuando los marines desembarcaron en la base Da Nang, otros autores, como es el caso Peter Arnett, vienen a unirla con la Guerra de Indochina en un sólo conflicto; este último autor lo llama La guerra de los 10 000 días.[6]
En la Guerra de Indochina los comunistas del Viet Minh lucharon contra el colonialismo francés. Pero no debe considerarse que la metrópoli combatía en solitario contra todo el pueblo vietnamita; los nacionalistas apoyaron durante todo el conflicto a los franceses, incluso en la angustiosa Batalla de Dien Bien Phu, donde estaban cercadas las mejores tropas francesas y se consideraba casi imposible levantar el asedio, siempre salían voluntarios vietnamitas dispuestos a saltar en paracaídas sobre la posición.[7]
Al principio de aquel conflicto Estados Unidos ayudó a Francia con el 20% de los gastos, aproximadamente. Al terminar ya contribuía con el 80% del esfuerzo bélico y llegó a ofrecer a los franceses dos armas nucleares, que éstos rechazaron por no considerarlas útiles.[7] Pese a no prestarles todo el apoyo solicitado por los colonizadores, el presidente Eisenhower envió asesores y ayuda, especialmente aérea. Así, un tercio del material llevado a Dien Bien Phu formaba parte de la ayuda estadounidense.[8]
Tras la derrota francesa y los acuerdos obtenidos en la Conferencia de Ginebra de 1954, el apoyo estadounidense al régimen de Ngo Dinh Diem en Vietnam del Sur continuó, lo mismo que la oposición casi total de la administración estadounidense a la unión de las dos naciones llamadas Vietnam.[6] Por su parte, Vietnam del Norte continuó recibiendo ayuda de China y en mucha menor medida de la URSS. En un principio la ayuda militar recaía principalmente en la primera nación, especialmente con armas ligeras y portátiles; pero al mismo tiempo con este tipo de envíos Pekín trataba de marcar las líneas maestras que debían seguir los vietnamitas, como comenta María Teresa Largo.[8]
La Guerra de Vietnam,[2] llamada también Segunda Guerra de Indochina, fue un conflicto bélico que enfrentó entre 1958 y 1975 a los estados de Vietnam del Sur, apoyados por el intervencionismo de la Doctrina Truman de los Estados Unidos, hasta su retirada en 1973, y Vietnam del Norte, apoyado por el bloque comunista, en el contexto general de la Guerra Fría.
Las facciones en conflicto fueron, por un lado la República Democrática de Vietnam con el apoyo de movimientos guerrilleros norvietnamitas como el Viet Cong o Frente de Liberación Nacional (NLF, por sus siglas en inglés) y de suministros soviéticos y chinos. Por el otro lado, la República de Vietnam con el apoyo militar y logístico de los Estados Unidos. En ayuda de los estadounidenses también participaron tropas de combate de Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Tailandia. Otros países como Alemania, Irán, Marruecos, Reino Unido y Suiza contribuyeron con suministros materiales y equipamiento médico. Contingentes testimoniales en apoyo de los EE.UU. fueron enviados por Taiwán y España, que movilizó a un reducido grupo de médicos militares en misión sanitaria.[3]
La guerra se distinguió por transcurrir sin la formación de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estas últimas operaciones violaciones de diversas convenciones internacionales de guerra que prohíben la utilización de armas químicas y biológicas.
La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitió la denuncia de los frecuentes abusos a los derechos humanos cometidos por parte de uno de los dos bandos (estadounidenses y survietnamitas) alimentando la creciente oposición de la opinión pública occidental hacia la intervención estadounidense. Las violaciones y abusos cometidos, sin embargo, por el Vietcong y por Vietnam del Norte no fueron mostradas por esos mismos medios de comunicación.
Ante la contestación y división de la sociedad estadounidense, los acuerdos de paz de París en 1973 supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto. Este prosiguió hasta que, en 1975, tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.
La guerra habría causado la muerte, según el gobierno de Hanoi, de entre 2 y 5,7 millones de personas,[4] la mayoría de las cuales civiles, y graves daños medioambientales.
Para los EE.U.U., el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que se han visto envueltos. Surgió el sentimiento de derrota o “Síndrome de Vietnam” en muchos ciudadanos, lo que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue de la política exterior hasta la elección de Ronald Reagan en 1980.[5]
Origen de Vietnam
La Historia de Vietnam comenzó hace 2700 años. Sucesivas dinastías de origen chino dominaron Vietnam desde el 111 antes de Cristo hasta 938 después de Cristo, año en el que los vietnamitas consiguen su independencia. Vietnam permaneció como un estado que pagaba tributos a China durante siglos pero consiguió repeler las numerosas invasiones chinas, así como las tres incursiones mongolas entre 1255 y 1285. El rey vietnamita Trần Nhân Tông utilizó sus dotes diplomáticas para alcanzar un acuerdo de paz. Vietnam accedió a pagar tributos a China para evitar más enfrentamientos. Este periodo de relativa independencia finalizó a mediados del siglo XIX cuando el país fue colonizado por el imperio francés. Durante la Segunda Guerra Mundial, el imperio nipón expulsó a los franceses para ocupar la península de Indochina, aunque retuvieron a los administradores franceses para que mantuvieran el engranaje de la colonia. Tras la guerra, Francia deseó restablecer su mandato colonial pero fracasó en el intento. La conferencia de Ginebra separó el país en dos mitades con la promesa de que se celebrarían elecciones democráticas para reunificar el país.
Preliminares
Estados Unidos ya estaba en Indochina décadas antes de comenzar su intervención directa en el conflicto. En la imagen, helicópteros UH-1D recogen soldados del 2º batallón de 14º regimiento de infantería estadounidense durante la operación "Wahiawa" , noroeste de Cu Chi, 1966. US Archive.
Pese a que colecciones como Nam, Crónica de la guerra de Vietnam comienzan a tratar el tema en profundidad desde el año 1965, cuando los marines desembarcaron en la base Da Nang, otros autores, como es el caso Peter Arnett, vienen a unirla con la Guerra de Indochina en un sólo conflicto; este último autor lo llama La guerra de los 10 000 días.[6]
En la Guerra de Indochina los comunistas del Viet Minh lucharon contra el colonialismo francés. Pero no debe considerarse que la metrópoli combatía en solitario contra todo el pueblo vietnamita; los nacionalistas apoyaron durante todo el conflicto a los franceses, incluso en la angustiosa Batalla de Dien Bien Phu, donde estaban cercadas las mejores tropas francesas y se consideraba casi imposible levantar el asedio, siempre salían voluntarios vietnamitas dispuestos a saltar en paracaídas sobre la posición.[7]
Al principio de aquel conflicto Estados Unidos ayudó a Francia con el 20% de los gastos, aproximadamente. Al terminar ya contribuía con el 80% del esfuerzo bélico y llegó a ofrecer a los franceses dos armas nucleares, que éstos rechazaron por no considerarlas útiles.[7] Pese a no prestarles todo el apoyo solicitado por los colonizadores, el presidente Eisenhower envió asesores y ayuda, especialmente aérea. Así, un tercio del material llevado a Dien Bien Phu formaba parte de la ayuda estadounidense.[8]
Tras la derrota francesa y los acuerdos obtenidos en la Conferencia de Ginebra de 1954, el apoyo estadounidense al régimen de Ngo Dinh Diem en Vietnam del Sur continuó, lo mismo que la oposición casi total de la administración estadounidense a la unión de las dos naciones llamadas Vietnam.[6] Por su parte, Vietnam del Norte continuó recibiendo ayuda de China y en mucha menor medida de la URSS. En un principio la ayuda militar recaía principalmente en la primera nación, especialmente con armas ligeras y portátiles; pero al mismo tiempo con este tipo de envíos Pekín trataba de marcar las líneas maestras que debían seguir los vietnamitas, como comenta María Teresa Largo.[8]
Origen de Vietnam
La Historia de Vietnam comenzó hace 2700 años. Sucesivas dinastías de origen chino dominaron Vietnam desde el 111 antes de Cristo hasta 938 después de Cristo, año en el que los vietnamitas consiguen su independencia. Vietnam permaneció como un estado que pagaba tributos a China durante siglos pero consiguió repeler las numerosas invasiones chinas, así como las tres incursiones mongolas entre 1255 y 1285. El rey vietnamita Trần Nhân Tông utilizó sus dotes diplomáticas para alcanzar un acuerdo de paz. Vietnam accedió a pagar tributos a China para evitar más enfrentamientos. Este periodo de relativa independencia finalizó a mediados del siglo XIX cuando el país fue colonizado por el imperio francés. Durante la Segunda Guerra Mundial, el imperio nipón expulsó a los franceses para ocupar la península de Indochina, aunque retuvieron a los administradores franceses para que mantuvieran el engranaje de la colonia. Tras la guerra, Francia deseó restablecer su mandato colonial pero fracasó en el intento. La conferencia de Ginebra separó el país en dos mitades con la promesa de que se celebrarían elecciones democráticas para reunificar el país.
Preliminares
Estados Unidos ya estaba en Indochina décadas antes de comenzar su intervención directa en el conflicto. En la imagen, helicópteros UH-1D recogen soldados del 2º batallón de 14º regimiento de infantería estadounidense durante la operación "Wahiawa" , noroeste de Cu Chi, 1966. US Archive.
Pese a que colecciones como Nam, Crónica de la guerra de Vietnam comienzan a tratar el tema en profundidad desde el año 1965, cuando los marines desembarcaron en la base Da Nang, otros autores, como es el caso Peter Arnett, vienen a unirla con la Guerra de Indochina en un sólo conflicto; este último autor lo llama La guerra de los 10 000 días.[6]
En la Guerra de Indochina los comunistas del Viet Minh lucharon contra el colonialismo francés. Pero no debe considerarse que la metrópoli combatía en solitario contra todo el pueblo vietnamita; los nacionalistas apoyaron durante todo el conflicto a los franceses, incluso en la angustiosa Batalla de Dien Bien Phu, donde estaban cercadas las mejores tropas francesas y se consideraba casi imposible levantar el asedio, siempre salían voluntarios vietnamitas dispuestos a saltar en paracaídas sobre la posición.[7]
Al principio de aquel conflicto Estados Unidos ayudó a Francia con el 20% de los gastos, aproximadamente. Al terminar ya contribuía con el 80% del esfuerzo bélico y llegó a ofrecer a los franceses dos armas nucleares, que éstos rechazaron por no considerarlas útiles.[7] Pese a no prestarles todo el apoyo solicitado por los colonizadores, el presidente Eisenhower envió asesores y ayuda, especialmente aérea. Así, un tercio del material llevado a Dien Bien Phu formaba parte de la ayuda estadounidense.[8]
Tras la derrota francesa y los acuerdos obtenidos en la Conferencia de Ginebra de 1954, el apoyo estadounidense al régimen de Ngo Dinh Diem en Vietnam del Sur continuó, lo mismo que la oposición casi total de la administración estadounidense a la unión de las dos naciones llamadas Vietnam.[6] Por su parte, Vietnam del Norte continuó recibiendo ayuda de China y en mucha menor medida de la URSS. En un principio la ayuda militar recaía principalmente en la primera nación, especialmente con armas ligeras y portátiles; pero al mismo tiempo con este tipo de envíos Pekín trataba de marcar las líneas maestras que debían seguir los vietnamitas, como comenta María Teresa Largo.[8]
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